El test de Mchat es un cuestionario de detección temprana del trastorno del espectro autista. Esta prueba es aplicada a niños en edades comprendidas entre 1 año y medio y 3 años de edad. El mismo presenta dos segmentos y se encuentra libre y disponible para uso clínico. Sin embargo, las lecturas deben realizarse por un profesional pedagogo especializado.
El test fue creado por Robins, Fein & Barton en el año 2009 y consta de 20 preguntas con respuesta cerrada de sí y no. Sin embargo, estas pruebas no son expresadas por el pequeño directamente, sino que deben ser respondidas por el padre o representante con respecto a las manifestaciones del niño.
¿Qué detecta el test de Mchat?
El test busca el indicio de un aumento de casos sospechosos de personas con TEA de manera precisa y concisa para su constatación. Al mismo tiempo, cada una de estas preguntas se encuentra acompañada de pequeños detalles explicativos para una comprensión más específica del planteamiento para calificar la respuesta dada por el padre.
No obstante, es ideal el apoyo y asistencia de un profesional para el llenado del formulario. Pero si el consultorio al cuál se acudió es muy concurrido por lo general dejan este cuestionario en manos del representante para posteriormente ser revisado y calificado por el profesional idóneo.
Esta prueba solo puede detectar signos diferenciales del comportamiento normalmente observado en dicha etapa infantil. Sin embargo, cada uno desarrolla una personalidad diferente e interactúa social y afectivamente en formas distintas, siendo esto más bien un apoyo para corroborar un indicio diagnóstico y no una propiedad psicométrica.
En efecto, existen confusiones a menudo, y aparecen generalmente una gran cantidad de niños con falsos diagnóstico de TEA. En consecuencia, un resultado positivo en este test no será solo considerado en el área de TEA, sino como pacientes de alto riesgo para trastornos o retrasos en el desarrollo.
¿Cómo podemos considerar el riesgo en cada resultado?
Como toda prueba, en el test de Mchat los resultados son ponderados. Esto quiere decir que para cada indicador existe un algoritmo. Por ejemplo, para los indicadores de las preguntas 2, 5 y 12, la respuesta “no” es indicador de riesgo para el pequeño. En cambio, en las demás pregunta, si la respuesta es positiva, el riesgo también lo es.
Puntuación de bajo riesgo
Cuando los resultados arrojan entre 0 y 2, el niño es menor a los 3 años, es recomendable repetirlo unos meses posteriormente. En estos casos, no amerita realizar ninguna acción a menos que se muestre un indicio durante su observación que sea un riesgo positivo para el trastorno del espectro autista.
Riesgo moderado
El riesgo es moderado cuando la ponderación resultada indica un total de 3 a 7 puntos. Allí se administra el cuestionario de seguimiento, que es la segunda etapa del test de Mchat, con el fin de obtener información adicional sobre las respuestas de indicadores de riesgo. No obstante, si el puntaje sigue siendo de 2 o más, es posible que el profesional indique que el niño tenga un diagnostico positivo de TEA. De todas maneras, cabe aclarar que no todos los diagnósticos son definitivos en la infancia y siempre es prudente acompañar este con seguimiento y observación tanto para el niño como para la familia considerando siempre que muchos diagnósticos en la infancia pueden ser reversibles.
Por otra parte, si el resultado califica como 0 o 1, la evaluación diagnóstica es negativa. Y por ello, no será necesaria atención inmediata a menos que por medio de observación del niño sea diagnosticado como riesgo de TEA.
Los niños que presentan alto riesgo
El puntaje determinado para dicha evaluación da como resultado entre 8-20, se es procedida la aplicación del segundo segmento del test. Sumándoles una revisión diagnóstica y de elegibilidad para una pronta intervención.
Aspectos diferenciales que hacen variar el resultado del test
A continuación es importante tener en cuenta que los siguientes aspectos pueden alterar los resultados del test arrojando datos erróneos como consecuencia de las siguientes características si se presentan en los niños:
- Alteraciones de la audición, como sordera parcial o total.
- Trastornos de la visión, como miopía, astigmatismo, o ceguera.
- Desnutrición, falta de consumo de proteínas, anemia.
- Irregularidades de conducta y emociones por diversos factores de su entorno (irregularidades emocionales, socio-ambientales).

Licenciado en Ciencias Biológicas con más de 30 años de experiencia en educación como docente en el Centro de formación ACN y creador de Blogs educativos: educapeques.com, educayaprende.com, escuelaenlanube.com, docenciaparalaformacionenelempleo.es. Actualmente imparto cursos de formación profesional en la Academia de Valdepeñas