Delfina Rossi, economista: "Milei se jacta de haber bajado el riesgo país, pero nadie come con eso"
La economista argentina presenta en Madrid la edición española de su libro 'Conducir al capital' (Ediciones Continente, 2024). 'Público' habla con ella cuando se cumple un año desde que Javier Milei ganara las elecciones a la Casa Rosada.

Madrid--Actualizado a
Un retrato inmenso de Diego Armando Maradona cubre una de las paredes del local. Allí donde se posa la vista hay una imagen de Juan Domingo Perón, presidente de la República Argentina entre 1946-1955 y 1973-1974. También asoma su penúltima esposa, Eva Perón, y otros líderes de la izquierda latinoamericana de ayer y hoy. Podría ser Buenos Aires, pero es Madrid. Concretamente, la calle Pez, donde tiene su ubicación el restaurante Perón Perón. El espacio es un homenaje a la argentinidad peronista y el lugar elegido por la economista Delfina Rossi para presentar en España la segunda edición de su libro, Conducir al Capital. Estado o Mercado, una falsa dicotomía (Ediciones Continente, 2024).
Como ella misma cuenta, el título del ensayo juega con la expresión "combatir el capital", uno de los lemas del peronismo más izquierdista. El subtítulo, en cambio, es una referencia directa al legado discursivo de Javier Milei, líder de la Libertad Avanza y actual presidente de Argentina. Fue gracias a la simplificación de la realidad argentina en la dicotomía estado-mercado, que el político ultraliberal ganó las elecciones presidenciales del 10 de diciembre de 2023.
El día en el que Delfina Rossi celebra la primera presentación del libro en España se cumple un año de aquella fecha. En este tiempo, el presidente argentino ha sometido al país al "ajuste más grande de la historia de la humanidad", que se ha llevado por delante 11 ministerios, incluido el de Igualdad, Obras Públicas o Desarrollo Social, así como varios subsidios. El brutal recorte ha equilibrado la balanza macroeconómica del país latinoamericano, reduciendo significativamente el déficit. Un logro ha sido orgullosamente jaleado por la ultraderecha mundial.
La cara B es un nivel de pobreza que en noviembre rozó el 50% de la población argentina, según los datos de la Encuesta de Deuda Social Argentina. Para contrarrestar este discurso y recuperar "la imaginación política", Delfina Rossi propone hacer una revisión crítica de los logros del kirchnerismo. Es decir, de la etapas políticas protagonizadas por Néstor Kirchner primero (2003-2007), y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), después.
La cercanía de la economista con el kirchnerismo es también una herencia familiar. Su padre, Agustín Rossi, fue ministro de Defensa de Argentina con Cristina Fernández de Kirchner y jefe de Gabinete de Alberto Fernández. Pero Delfina Rossi también se ha nutrido del ciclo político del 15M de Catalunya, donde estudió economía y vivió más de una década. En 2015 integró la lista al Parlamento Europeo de Verds per Catalunya, formación de la que sería posteriormente asesora. Actualmente vive en Argentina, donde combina la militancia peronista con la dirección de la banca pública Banco Ciudad.
¿Cómo evalúa el primer año de mandato de Javier Milei?
Javier Milei ha reinaugurado un ciclo neoliberal en términos económicos en Argentina, pero con un fuerte componente de un populismo de derechas. Ha hecho el mayor recorte presupuestario de la historia de Argentina de 6 puntos porcentuales del PBI (PIB en España). Esto lo han sufrido los jubilados y jubiladas, las universidades públicas y los trabajadores del Estado. Las provincias de nuestro país, que es federal, tampoco recibieron lo que merecían. La motosierra de Milei ha sido brutal para las clases trabajadoras y los más vulnerables.
Milei solo mantuvo la asignación universal por hijo, que es la ayuda a las mamás que no tienen ningún otro ingreso. Pero los ajustes también han aumentado el desempleo en Argentina y a día de hoy los salarios siguen siendo muy bajos. Este austericidio, en términos europeos, ha generado una recesión muy fuerte. No es que el Gobierno de Milei haga ajustes porque hay una recesión, sino que son esos ajustes lo que la generó.
"No es que el Gobierno de Milei haga ajustes porque hay una recesión, sino que son esos ajustes lo que la generó."
Bajo su punto de vista ¿Qué es lo que ha hecho resurgir a la extrema derecha en Argentina?
Me parece que hay dos elementos: uno de carácter endógeno y otro exógeno. El endógeno tiene que ver con el malestar de la sociedad hacia la democracia y hacia los referentes políticos. Milei plantea una falsa dicotomía. Le dice a la gente que si quiere estabilidad de precios y bajar la inflación, hay que achicar el Estado. La idea de que el Estado y las políticas públicas y sociales, particularmente, es lo que genera inflación, es una construcción de discurso, una batalla cultural muy fuerte. ¿Querés inflación o Estado? Para tener estabilidad tenés que aceptar que el estado sea mínimo. Eso es completamente falso en términos de política económica.
De hecho, la inflación era una de las mayores preocupaciones de los argentinos en las pasadas elecciones.
Sí es cierto es que la alta inflación estaba erosionando el poder adquisitivo de los más vulnerables. Esto lo ha vivido la Argentina en otros momentos neoliberales, sobre todo después de la crisis hiperinflacionaria en 1987, 1988 y 1989, que después terminó en la convertibilidad. La inflación es un fenómeno que no se da en el resto de la región. Nosotros hemos llegado a tener 300% de brecha cambiaria. Es decir, un tipo de cambio oficial que estaba en 300 pesos y uno paralelo a 1.300 pesos.
Hoy uno de los hitos que celebra Milei es que tiene un cambio oficial de más o menos 1.000 pesos y un tipo de cambio paralelo igual. Pero lo ha conseguido a costa de sufrimiento y de mayor desigualdad. Esa estabilidad no se está reflejando en mejores condiciones de vida para la mayoría de la población, aunque sí en la de los sectores pudientes. Está consolidando una desigualdad muy grande.
¿Y cuál cuáles son las razones exógenas para el surgimiento de la ultraderecha?
Milei es el representante de esta nueva oligarquía global que conforman los "tecnoricos"
Milei es el representante de esta nueva oligarquía global que conforman los "tecnoricos". La nueva lista de Forbes de los milmillonarios del mundo está conformada por los dueños de Apple, Google, Amazon. Milei es el representante de todos ellos. Él dice mucho que "los zurdos no la ven", refiriéndose a que no son conscientes del fenómeno que está generando. Lo que es cierto es que él leyó el cambio geopolítico, la geopolítica de los milmillonarios. Por eso, cuando va a EEUU no se reúne con Joe Biden [todavía presidente de EEUU], sino con los empresarios de Silicon Valey.
Él entiende la geopolítica de manera distinta. El nuevo orden generado por la inteligencia artificial y la automatización necesita de las tierras de Sudamérica, que son ricas en los minerales que necesita, como el litio, y frías, en dónde se pueden colocar los datacenters. Hay fuerzas globales que tienen un papel predestinado para la Argentina y Milei es la herramienta para llevarlo a cabo.
Milei ha logrado embaucar a una gran parte de la juventud argentina con su programa económico. Su libro está dedicado a la militancia peronista ¿Cree que es necesario reconquistar la narrativa económica?
Sí. Me parece que los dirigentes y militantes de las izquierdas no tienen comprarle el discurso de Milei. Hay muchos desde estas filas que repiten "bueno, Milei tenía razón, había que estabilizar". Es, de nuevo, esta falsa dicotomía entre Estado y mercado. Para lograr la estabilidad, Milei creó el Ministerio de Desregulación del Estado a cargo de Federico Sturzenegger a quién Elon Musk creó a su imagen y semejanza. Pero hay que tener mucho cuidado, porque la macroeconomía argentina es diferente a la de otros países más desarrollados. Los desequilibrios de la Argentina son los intentos de desarrollo de un país emergente. Estos desequilibrios son mucho más fuertes para nosotros porque hay shocks externos y porque tienes requisitos de divisas que no tienen otros países.
¿Cuáles son los países que no tienen desequilibrios? Bueno, Perú o Chile, donde los niveles de desigualdad son mucho más altos. En Argentina, el 97% de los adultos mayores están alcanzados por el sistema de seguridad social. Hoy cobran muy poco, y hasta Milei tenían los medicamentos básicos 100% gratuitos. Esto es algo que no existe en el resto de América Latina. Entonces, es mentira que el problema de Argentina sea macroeconómico. Es 100% distributivo. Y ahí hay un debate que hay que recuperar. La economía no es un Excel, responde a intereses. Que nos digan que el problema son los precios, en abstracto, es no entender la puja distributiva ni los conflictos políticos que hay detrás de esas decisiones.
Póngame un ejemplo
Nosotros medimos la desigualdad mirando la participación de los salarios en el PIB. Es decir, de lo que produce un país, cuánto se llevan los salarios. En la Europa del Plan Marshall, los salarios tenían más o menos el 70% del PIB. En Argentina, Perón propuso que llegaran al 50%, lo que es una bandera del peronismo, y se consiguió en 1954 y 1955. Ese año hubo un golpe de estado. Se logró de nuevo en 1974 y en 1975 muere Perón. En el 1976 hay otro golpe de estado. En 2015 lo vuelve a lograr Cristina Fernández de Kirchner. Ahora, los salarios están bajando su participación en el PIB. Cuando se dice que el problema son los peronistas que gobiernan desequilibrios macroeconómicos, yo creo que lo que pasa es que al capital le molesta que los salarios coman más. Es un tema 100% distributivo.
Y por tanto ideológico
Claro, es político. Lo que no vale es que los nuestros crean que efectivamente es un problema de desequilibrios macroeconómicos, no político. Es un problema de economía política, de correlación de fuerzas, de quién se lleva la parte más grande. Milei se jacta de haber bajado el riesgo país y la verdad que nadie come con el riesgo país. Buenísimo que bajó, pero en realidad no hay una mejora sustantiva para los trabajadores ni en la estructura productiva.
"El debate que planteamos los peronistas es entre democracias o corporaciones"
En este sentido, al inicio de su libro plantea "¿puede y/o debe el Estado conducir el capital, al mercado, al desarrollo económico?". ¿Qué respondería?
No para todo. Para Milei está claro que no es un objetivo. Pero para quienes creemos en un Estado desarrollado, que redistribuya y tenga capacidad de intervenir, bueno, entonces sí necesitás conducir el proceso de desarrollo capitalista. El peronismo no tiene una mirada de apropiación de los medios de producción, ni mucho menos. Es lo que llamamos la tercera posición, porque es una concepción de la Guerra Fría: ni comunismo ni capitalismo. En esta tercera posición, el punto es cómo llevar a buen puerto el desarrollo capitalista. Y ahí el debate que planteamos es de democracias o corporaciones.
El capitalismo produce. El mercado se ordena. La riqueza se genera y se apropia. El punto es quién decide cuánto, como y dónde. ¿Es con un Estado democrático o lo deciden las corporaciones? En síntesis, cuando digo que hay que conducir el capital, me refiero a que queremos un proceso de acumulación o de desarrollo capitalista en el que las decisiones las tome la democracia, no las corporaciones. Ahí está la contradicción.
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