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Un parque, el enésimo contratiempo para el nuevo hospital Trueta

Urbanismo

Tres entidades han presentado una moción al Ayuntamiento de Girona, que se debatirá este lunes, en la que se reclama “salvar” esta zona verde

El parque Jordi Vilamitjana es un pulmón verde para los barrios de Santa Eugènia y Can Gibert del Pla, en Girona.

El parc no es toca

Un nuevo escollo podría demorar aún más la construcción del futuro hospital Trueta, que la provincia de Girona espera desde hace más de quince años. Actualmente, los ayuntamientos de Girona y Salt están haciendo las modificaciones urbanísticas pertinentes en sus respectivos planeamientos generales, un paso previo a poder ceder los terrenos donde se levantará el nuevo campus al Departament de Salut.

Para compensar a los propietarios privados de esos terrenos, el Ayuntamiento de Girona contempla una permuta que pasaría por cederles el espacio que actualmente ocupa el parque Jordi Vilamitjana para la construcción de unas 350 viviendas. El gobierno municipal considera que el espacio que ocupa esta gran zona verde es el único disponible para compensar a los dos propietarios de los terrenos y la única opción viable para el Ayuntamiento. 

El Ayuntamiento prevé levantar 350 pisos en esta zona verde, a lo que los vecinos se oponen

El teniente de alcalde del Área Urbana, Sergi Font, explica que la expropiación de esos terrenos supondría un coste “inasumible” para las arcas municipales. Se estiman unos 11 millones de euros, entre la compra de los solares y la urbanización posterior del espacio. En esta operación, el Ayuntamiento también contempla la reubicación del parque a una zona próxima, cerca de la riera Masrocs, con más metros de zona verde.

Los vecinos de la zona se oponen al traslado del parque al considerar que pierde centralidad. El próximo lunes han convocado una manifestación de protesta y presentarán una moción en el pleno municipal, que cuenta ya con el apoyo de unas 40 entidades y 2.000 firmas. En el texto reclaman “salvar el parque”, que consideran un “pulmón verde” y un “eje vertebrador” para los barrios de Santa Eugènia y Can Gibert, de los más densamente poblados de la ciudad.

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Los vecinos, agrupados bajo la plataforma El Parc no es toca, reconocen que el Trueta “debe construirse rápido porque la ciudad y la provincia lo necesita”, pero no quieren que este espacio verde sea ninguna “moneda de cambio”. Por eso, instan al Ayuntamiento a buscar otras alternativas que no destruyan las zonas verdes ya existentes y a impulsar una mesa ciudadana, con participación de asociaciones de vecinos, agentes sociales, representantes municipales, la UdG y colegios profesionales para “consensuar” una nueva planificación urbanística para el área de influencia del nuevo campus, que ocupara 220.000 m2, de los que unos 175.000 m2 son de nueva construcción.

A quienes les hacen responsables de las demoras del Trueta, la plataforma afirma que el problema de fondo fue querer situar un 10% del campus en terrenos de Girona, cuando se podría haber construido en su totalidad en Salt. En concreto, en Girona se sitúan unos 8.000 m2 de campus.

El Ayuntamiento de Girona dice que no tiene otra alternativa posible ya que la compra y urbanización posterior de los terrenos costaría unos 11 millones de euros

El Ayuntamiento de Girona prevé aprobar de forma provisional el nuevo planeamiento entre abril y mayo, pero el visto bueno no llegará hasta final de año. Un planeamiento, sin embargo, que podría acabar en el contencioso, hecho que podría retrasar todavía más la construcción del futuro hospital